O la FINA línea entre los papeles y el papelón:
Que la FINA se ha metido en un charco es evidente. El aluvión de récords propiciados por los bañadores de alta tecnología ha desbordado al organismo rector de la natación, que no reaccionó a tiempo en primera instancia y después, el martes, sacó una lista de este sí, este no, que sólo ha liado más el asunto. La FINA aprobó 202 modelos, suspendió diez y 136 deben ser modificados, sin precisar en qué categoría se encuentran el X-Glide y el Jaked 01.
De este modo, los que han logrado récords con los nuevos bañadores quieren conservarlos y los que los perdieron, quieren que se les restituyan. En el primer caso, sin embargo, actúan con prudencia. "Hay que ser muy claro y saber por qué esos bañadores han sido rechazados. Si es porque son enteramente de neopreno, es una buena cosa para la natación", dice como si no supiera la composición de materiales Denis Auguin, entrenador de Alain Bernard, que en abril batió el tope mundial de los 100 libre con el X-Glide d'Arena.
En la acera contraria están los que han perdido récords. Como los australianos, perjudicados en algunos casos como el de Eamon Sullivan, que ha visto batido su tope mundial de Pekín (47"05) por el francés Bernard (46"94) hace un mes en Montpellier. "Es fácil imaginar que un récord del mundo debe ser batido con un bañador aprobado y no con uno modificado", dice Alan Thompson, director técnico de australiano y miembro de la comisión de la FINA autora de la confusión. "Es evidente que el bañador de Bernard no se ha aprobado y que el récord no será homologado", afirma tajante Grant Stoelwinder, el entrenador de Sullivan. El nipón Ryosuke Irie, que batió los 200 espalda hace diez días con poliuretano, reza por lo bajo para que se lo mantengan. Para rematar, la federación italiana autoriza a los suyos a usar los Jaked. Y el Mundial de Roma a la vuelta de la esquina
Fuente:www.elmundodeportivo.es
21/5/09
EL VETO DE LA FINA
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