27/2/09

Villareal, un hombre que dio vuelta la historia.

Casado con Claudia Vázquez, el corazón del mecánico bonaerense Gustavo Villareal también palpita por otros tres amores: el rock; las motos y la natación. A sus 48 años, es un referente paralímpico que lucha a favor de la integración con buenos resultados porque el próximo campeonato argentino de aguas abiertas también otorgará los títulos nacionales en las diferentes categorías de atletas con capacidades diferentes en el que aspira a subir al podio entre los competidores amputados. Fierrero de alma con Pappo y AC/DC como música de fondo, dialogó con Eldepornauta.com al término de su jornada de trabajo en el taller y agencia de motos que desde hace más de una década tiene frente a su casa de Morón.

¿Cuándo te iniciaste en la natación?
Empecé desde muy chico y al toque entré al equipo de natación del Club Morón, a los diecinueve años hice el curso para ser guardavidas pero no lo terminé porque no me daban los horarios, mientras trabajaba en la pileta del camping de la obra social ASIMRA y luego como mecánico municipal pero en 1981 perdí una pierna en un accidente de tránsito mientras manejaba una moto. Fue un golpe durísimo, no volví a nadar, caí en el infierno de las drogas y realmente toqué fondo hasta que pude dar vuelta la historia. Hice un tratamiento en un centro de rehabilitación, me recuperé con toda la ayuda de mi mujer a quien conocí en 1999 en un boliche de rocanrol para motoqueros llamado La Rocola que hoy ya no existe.

¿Cómo fue volver al deporte después de tanto tiempo?
Un cambio terrible, no sólo en lo físico sino en el resto de los hábitos cotidianos, dejé de fumar mis dos atados diarios; cambié la alimentación y regresé al Club Morón. Al principio, me concentré en un objetivo básico que era acomodarme en el agua, algo que me costó bastante, tuve que laburar mucho lo aeróbico y la estabilidad. Una vez que gané confianza, me animé a participar en torneos de pileta y con el calor llegaron las aguas abiertas, competí en el Reencuentro de los Delfines que organiza Alejandro Lecot. Cuando me quise dar cuenta, ya estaba federado y me presenté en el campeonato argentino de San Luis, era el único nadador amputado pero gané la medalla de plata en los 100 metros mariposa al llegar detrás de Claudio Lutotovich, un fenómeno que ese día batió el récord nacional.

¿Dónde entrenás actualmente? ¿Cómo es tu rutina semanal?
Ahora nado un volumen promedio de 3 mil metros díarios en el Club Argentino de Castelar, tuve varias propuestas de otros equipos pero ni las evalué porque estoy agradecido al concesionario del natatorio, Roberto Pastorino, que me dio una beca de asistencia. Se portaron mil puntos conmigo, en dos días adaptaron las duchas para que pudiera usarlas, también hicieron rampas para mi silla de ruedas. Ahí también entrena mi mujer y mi amigo, el veterinario Guillermo Berra, el es de la categoría de 57 años, quien junto a Damián Pierazoli siempre me acompañan a nadar al río para ayudarme a salir del agua. Si tengo un maratón acuático cerca, los entrenamientos son continuos, nadar mucho y sin interrupciones, en invierno para la temporada de torneos de pileta, hago series de 50 y 100 para trabajar el umbral.


¿Cómo lograste que en el campeonato argentino de aguas abiertas incluyan categorías para nadadores con capacidades diferentes?
En primer lugar, hay que dar a conocer cuales son las ideas y necesidades que tenemos aunque no fue algo individual, gran parte de esto se alcanzó gracias al profesor santafesino Ricardo Doldán, él se enganchó de entrada, se comunicó de inmediato con la federación y habló con Diego Degano, el cuádruple campéon mundial de aguas abiertas, quien se puso al hombro el pedido. Va más allá de un trofeo, lo importantes es demostrar que la natación es para todos, en el campeonato argentino Master de Mar del Plata no saqué ninguna medalla pero fui el primer amputado en nadar los 200 mariposa y los 50; 100; 800; 400 y200 libres.

¿Cuáles fueron tus mejores resultados?
Donde mejor me sentí fue en el maratón acuático de la laguna bonaerense de Colón, también en Monte y San Pedro donde, al igual que en Mar del Plata y Villa Gesell, terminé primero entre los paralímpicos. La Federación Rosarina de Natación me premió con la medalla dorada del Panathlon internacional como reconocimiento al esfuerzo y la dedicación al deporte.



NOTA EXTRAIDA DE WWW.ELDEPORNAUTA.COM

1 comentario:

Unknown dijo...

sos un ejemplo gustavo!
felicitaciones!!